El bruxismo es un hábito involuntario de comprimir y hacer rechinar los dientes, durante el día o durante la noche.
El bruxismo es un hábito involuntario de comprimir y hacer rechinar los dientes, durante el día o durante la noche. Normalmente, los dientes superiores se aprietan contra los anteriores, lo cual puede provocar grandes molestias en la boca e incluso en diferentes partes de la cabeza.
Es una patología muy común, en la que una gran cantidad de pacientes no son conscientes de que padecen este tipo de problema dental. Por eso, es importante conocer las causas y complicaciones que puede generarnos el mismo en nuestra boca.
¿Cuáles son las causas?
Actualmente no se conocen las causas al 100%, pero si se han demostrado algunos de los factores desencadenantes más importantes:
- El aumento de la ansiedad o el estrés pueden conducir a rechinar los dientes.
- Maloclusión, debido a una alineación anormal de los dientes superiores e inferiores.
- Sustancias estimulantes, como el alcohol y el tabaco.
- Enfermedades óseas.
- Enfermedad periodontal.
- Problemas de alimentación.
- Parasomnia, provocada por una alteración del sueño.
- Morderse las uñas.
No obstante, existen síntomas claros de dicho problema:
- Dolor en la zona de la mandíbula y de la cabeza al despertarse por la mañana.
- Dolor al abrir la boca o bostezar.
- Bloqueos en la mandíbula.
- Ruidos en la mandíbula al abrir y cerrar la boca.
- Dientes astillados y gastados.
- Dolor en los oídos y sienes.
- Dificultad para dormir.
- Aumento de la sensibilidad dental.
Si sufres algunos de los signos anteriores, es importante acudir a tu dentista de confianza, para realizar una historia clínica completa y una exploración exhaustiva de la zona. En el caso de no padecerlos, es recomendable poner en práctica algunos consejos que eviten esta patología.
¿Cómo prevenir el bruxismo?
La forma más efectiva de prevenir este trastorno es:
- Evitar abrir demasiado la boca y de forma brusca.
- Intentar mantener la mandíbula relajada.
- Tratar de eludir alimentos de extrema dureza.
- Evitar morderse las uñas o cualquier otro objeto.
- Intentar no mascar chicle.
- Beber agua y usar hielo si el dolor está muy focalizado.
- Aplicar calor con una toalla facial mojada para relajar los músculos tensores de la mandíbula.
- Controlar el estrés con técnicas de relajación.
- Acudir al dentista de confianza al menos una vez al año.
Es muy común también que se produzcan problemas de bruxismo en los niños pequeños, de entre unos 6 y unos 10 años. Seguidamente, vamos a conocer más sobre sus causas.
Entendemos que puedas tener multitud de dudas y por ello te instamos a que te pases por nuestra clínica para solucionarlas.
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